jueves, 5 de julio de 2007

“Hoy, quien es excluyente en la web, fracasa”

Internet debe ser un medio incluyente. Los que tienen fuerza en la red son los que han logrado entender muy bien el concepto de comunidad y cómo incluir al mayor número de gente en sus sitios

Google ha hecho noticia recientemente en América Latina. El anuncio de su inversión en Buenos Aires empuja todo un plan que la más popular de las puntocoms del planeta tiene para la región. A su cargo está el mexicano Gonzalo Alonso, de 36 años, hoy recuperado del fenómeno de las 15 libras de Google (como se conoce a la tradición que tienen los nuevos empleados de la compañía a subir de peso por la libre disponibilidad de chocolatines y golosinas en la empresa). El ex director de ventas del portal de internet T1MSN México, un joint venture entre Microsoft y Telmex, habló con Felipe Aldunate M., director editorial de AméricaEconomía.

Todos conocen la marca Google, pero pocos saben cómo consigue la compañía sus impresionantes ingresos. ¿Se puede explicar en simple?

El nuestro es un modelo basado en la venta de publicidad bajo un esquema que se conoce como CPC o Costo por Clic. Es decir, cobramos por los clics que los usuarios hacen en los anuncios de los clientes, no por espacios fijos en la red. Una analogía sería que la TV cobrara únicamente cuando el televidente que ve el anuncio entra caminando a la tienda.

¿Y cuánto cobra por cada aviso?

No tienen un precio predefinido; dejamos que la oferta y la demanda decidan a través de un sistema de subasta: las empresas que se quieran anunciar en Google compran palabras clave relacionadas con sus productos y servicios y con los términos que buscan los usuarios. Si hay más de una compañía interesada por esa palabra, pujan en una subasta. Hay una tremenda oportunidad en la región, porque recién está empezando a crecer esa publicidad. Las palabras claves en español tienen a pocas empresas pujando y el costo por clic es aún muy bajo.

Pero ustedes también venden publicidad en sitios que no forman parte de la red Google.

Sí, eso se hace a través de una plataforma llamada AdSense, que permite a las personas que tengan contenido en sus páginas suscribirse a nuestro programa para poner anuncios en su sitio, y compartimos las ganancias de los clics que se produzcan dentro de los anuncios en ese sitio.

¿Cómo estás pensando en la estructura de Google en América Latina?

Tendremos las mismas áreas que el corporativo Google. Habrá un área de ventas muy fuerte, una de localización de productos y de servicios sólida, y eventualmente, en la parte de habla hispana, veremos algo de ingeniería y desarrollo de tecnología. Algo que ya se está desarrollando en Brasil. Dividimos la región en América Latina, habla hispana, de la que estoy a cargo yo, y habla portuguesa, que es Brasil. El idioma en nuestro negocio es crítico, ya que define qué interfase está usando el usuario, qué palabras busca.

Google es utilizado desde hace tiempo en la región. ¿Qué va a cambiar con todo esto?

Hasta ahora, Google ha sentado presencia a través del canal en línea. Google como servicio siempre ha ido delante de Google como compañía. Antes que Larry y Sergey se dieran cuenta, el motor de búsqueda que llamaron Google ya era ampliamente usado en todo el mundo. Pero ahora pretendemos jugar mucho más como local, entender más a la región, escuchar más de cerca al usuario, oír qué productos necesita, cómo los necesita, qué ajuste de idioma y de interfase tenemos que hacer para poder dar un mejor servicio. No hay que olvidar que la visión de Google no es vender publicidad; es organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible. La publicidad es algo que nos encontramos en el camino y nos permite seguir con esa misión.

¿Y cómo se refleja esa misión en la cultura de la compañía?

La llamamos cultura googling, una impronta que viene de la personalidad de Larry y Sergey: la función de un empleado no es cumplir horario sino objetivos, por lo que apostamos a lo que llamamos diversión seria. Ahí nacen las cafeterías, canchas de voleibol playero, y se promueve un ambiente distendido para la innovación. Hay otras cosas. Una es la que conocemos como 70-20-10: el 70 por ciento de nuestro tiempo está dedicado a la razón de nuestro negocio; el 20 por ciento es utilizado en cosas que tienen que ver con esto, pero no están conectadas al motor de búsqueda… GoogleEarth es un producto que nace del 20 por ciento del tiempo de una serie de ingenieros que dijeron “¿qué podemos hacer para tomar mapas y cartografías y hacer un producto interesante?” Y el 10 por ciento se dedica a hacer cosas que no tienen nada que ver ni con nuestra misión ni con nuestro negocio central.



Globalmente, la publicidad en AOL les genera el 7 por ciento de sus ingresos. ¿Quién es su AOL en la región?

Tenemos muchos, muchos socios en la red. Los dividiría en grandes, como Terra, como Esmas en México, como Clarín en Argentina. Y tenemos a otros que son verticales, de nichos, pero que nos dan un inventario muy interesante.

Muchos de ellos querrían competir con ustedes... ¿Por qué siguen?

Si Google no está dentro de AOL, la gente tiene que salirse de AOL para buscar en Google. Eso implica que los usuarios se salgan de su ambiente y empiecen a buscar cosas por fuera de su ambiente. Meter a Google dentro de AOL les permite meter a esos usuarios dentro de sus entornos y darles los servicios que ellos venden. Cada socio analiza con quién puede monetizar mejor esto llamado búsqueda. AOL ha decidido que somos nosotros.

La promiscuidad del WEB 2.0…

Hoy las reglas son opuestas a las de hace 15 años. Muchos discuten por qué permitimos poner anuncios de la competencia en el buscador, pues es como dejar entrar al enemigo. No pensamos así. Internet debe ser un medio incluyente. En la WEB 2.0, quienes han tratado de ser excluyentes han fracasado. Los que tienen fuerza en la red son los que han logrado entender muy bien el concepto de comunidad y cómo incluir al mayor número de gente en sus sitios.

¿Se puede realmente incluir todo?

Todo lo que está allá afuera es válido. En Google estamos conscientes de que nuestro éxito puede estar a un clic de acabarse si hacemos las cosas mal. Y una de las peores cosas que podríamos hacer es secuestrar al usuario, retenerlo de una forma en que no se sienta cómodo. Nuestra obligación es abrirle las puertas y decirle “Tú estás aquí mientras quieras estar”.
Pero en China y otros países han debido cerrar contenidos.

Y es que hay que cumplir con las leyes de los países donde operas. Si el Gobierno de Chile me pide oficialmente que baje algo porque es ilegal y representa un peligro para la nación, lo haríamos si las reglas están claras para todos. Es lo que ha pasado en China: si quieres operar allí debes hacerlo bajo sus leyes. El problema viene cuando se vuelve arbitrario, cuando elimino por censura personal, y eso es lo que no hacemos.

Los resultados de búsqueda pueden definir el éxito o fracaso de un negocio, dependiendo qué tan arriba salga en sus listas de resultados… ¿Hay trucos para subir?

Uno de los grandes inventos de Larry Page es el Pagerank, la tecnología que permite comparar los sitios que son “peras” con “las peras” y los que son “manzanas” con “las manzanas”, y encontrar relevancias entre ellos.

Es decir, hay trucos…

Uno de los grandes problemas en América Latina es que la mayoría de los sitios con contenido en nuestro idioma están mal construidos. Entonces, no sólo Google, sino que ningún otro buscador los puede encontrar. Es lo que llamamos estar en las aguas profundas, fuera del alcance. Cerca del 80 por ciento del contenido de América Latina está allí porque está mal programado. Pero no es verdad eso de que alguien pueda garantizarte un lugar en los resultados de Google. Subir es un proceso difícil que toma tiempo. Tenemos sistemas muy sofisticados que nos llevan a entender cuando alguien está subiendo en nuestros rankings de una mala manera. Cuando detectamos a un sitio así, lo descolgamos de Google, pues más que ayudar a la comunidad y tratar de entregar resultados que enriquezcan al usuario, está velando por sus propios intereses y tratando de distorsionar la relevancia de la respuesta.

Extraído de América Economía

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Glosario

  • Comunicación corporativa: Conjunto de formas de expresión que presenta una organización. Prácticamente todos los actos cotidianos del comportamiento de una empresa son en última instancia actos comunicativos.
  • Cultura corporativa: Conjunto de presunciones y valores compartidos por la mayoría de los miembros de la organización. Estos valores son al mismo tiempo elementos de integración interna y de construcción social de la identidad corporativa. También son un factor clave para la adaptación a las realidades existentes fuera de la organización.
  • Identidad visual: Conjunto de signos que traducen gráficamente la esencia corporativa. Estos elementos están regulados por un código combinatorio que determina la forma y los usos del logotipo, del símbolo, de los colores corporativos y del identificador.
  • Marketing: Conjunto de actividades que dirigen el flujo de bienes y servicios del productor al consumidor. (Gorostegui).
  • Reputación: Podríamos definir la reputación como el resultado de la estimación de los distintos públicos que tienen una relación con la empresa. (UCM)
  • Responsabilidad Social Empresarial: El Conjunto de obligaciones y compromisos, legales y éticos que se derivan de los impactos que la actividad de las organizaciones producen en el ámbito social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos. (Universidad Antonio de Nebrija - Escuela de Negocios)