- Hasta ahora, acompañaban a los cámaras e intercambiaban algunas palabras
- Tras la difusión del enfado de Don Juan Carlos, se prohibirá su acceso
- La Casa del Rey se molestó por no respetar ese acto y grabar sus respuestas
A partir de ahora, sólo los fotógrafos y los cámaras (sin micrófonos) podrán acercarse a la Familia Real. La Zarzuela ha introducido hoy una forma de censura en el trabajo de la prensa: en las audiencias de los palacios de Madrid y de Mallorca sólo habrá cobertura gráfica "salvo que haya indicaciones específicas".
La sorprendente decisión ha sido tomada tras la bronca del Rey a los periodistas este martes en el palacio de La Zarzuela. Ese día, don Juan Carlos no fue consciente de que estaba siendo grabado por cuatro cámaras de televisión y que sus palabras fueron reproducidas de inmediato por Internet. "Fatal, fatal, ya veis", dijo a los redactores que le preguntaron por su estado de salud. "Lo que os gusta es matarme y ponerme un pino en la tripa todos los días en la prensa. Eso es lo que hacéis la prensa".
"En las audiencias y actos programados en el Palacio de la Zarzuela, el Palacio Real de Madrid, el Palacio Real de El Pardo, y el Palacio de la Almudaina, la cobertura será exclusivamente gráfica, salvo que haya indicaciones específicas", se anuncia en la agenda de la Familia Real que cada viernes envía Zarzuela a los periodistas que cubren información real.
Un Príncipe sin preguntas
Será el Príncipe Felipe el que inicie este lunes esta nueva forma de operar. Ningún redactor podrá acudir al palacio de La Zarzuela para cubrir las tres audiencias que hay previstas: con el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, con los productores del documental 'El Bosque Protector' y con la última promoción de notarios. Tampoco habrá periodistas presentes en el encuentro de don Felipe con Ray Mabus, secretario de la Armada de EEUU.
Según Zarzuela, las imágenes del Rey tomadas el martes durante el acto con los empresarios madrileños fueron "robadas". Esto es, filmadas sin permiso. Y los redactores no debieron de estar presentes ni mucho menos dirigirse al Rey como lo hicieron. Según la prensa, las cámaras llevan incorporadas un micrófono que hace imposible silenciar a los protagonistas incluso cuando la cobertura es sólo gráfica, como fue el caso del martes. En cuanto a los redactores, ha sido habitual hasta ahora la comunicación informal con la Familia Real incluso sin autorización previa. A partir de ahora, todo cambia.
Extraído de El Mundo (Ana Romero)
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