La cosa se pone difícil para "Napoleón". El "caso Bahrein" generó a Jean Todt su primera crisis seria como jefe de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA). La polémica reprogramación del Gran Premio de Fórmula 1 del país árabe es desde hace días un auténtico desastre de imagen. Todt está en problemas.Los equipos; el jefe ejecutivo, Bernie Ecclestone; la política y las organizaciones de derechos humanos se enfrentaron al francés. "Si la cuestión de Bahrein lo hirió de muerte, lo dirá el tiempo", analizó el diario británico 'The Daily Telegraph'.
En mitad de la tormenta de críticas, Todt evitó aparecer este fin de semana en la carrera de Fórmula 1 de Canadá. En lugar de eso, anunció que visitará Le Mans para sus clásicas 24 horas. Como gestor de crisis en el caso Bahrein, el francés, que llegó al cargo de presidente en 2009, obtiene pésima nota.
Tras la cancelación de la carrera por los sangrientos disturbios políticos de febrero, la FIA fue retrasando constantemente su resolución sobre una nueva fecha.
Luego, basó la decisión del consejo mundial en el polémico informe de su enviado especial, el español Carlos Gracia, que consideró la situación en el mini-Estado del Golfo Pérsico como de "total tranquilidad".
"El problema es que enviaron a alguien que no habla inglés y, que yo sepa, no habla árabe", dijo sobre el predecesor de Todt, Max Mosley, sobre el presidente de la Federación Española de Automovilismo.
Por último, Todt divulgó que en la votación no contó las manos alzadas y sencillamente dio por sentado que la decisión de disputar el Gran Premio el 30 de octubre fue unánime. Sin embargo, Ecclestone, miembro del consejo mundial, se desmarcó del resultado de la reunión, que obligaría a retrasar a diciembre el debut de India en la Fórmula 1.
Que la decisión pudiera ser además inválida, porque contra lo que dice el artículo 66 del reglamento, no todos los equipos dieron su consentimiento, haría completo el papelón de Todt. "Parece que todo el mundo pasó esto por alto", advirtió el jurista Mosley.
Hasta ahora, todo había ido bien para Todt. El ex jefe de Ferrari llevó a la Fórmula 1 tras años de escándalos a aguas tranquilas. No sólo por el "ambiente constructivo" del que habló el jefe deportivo de Mercedes, Norbert Haug, sino también por el equilibrio mostrados, por el apoyo que recibió para sus cambios estructurales y por los proyectos que emprendió fuera del "glamouroso" mundo de la Fórmula 1.
"El deporte no debería inmiscuirse en la política", dijo un Todt más cuestionado que nunca. Sin embargo, Alex Wilks, jefe de la organización de defensa de los derechos humanos Avaaz, lo ve de otro modo: "El dinero ha ganado sobre la moral".
Extraído de El Mundo
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