La Universidad de Indiana muestra que los hombres no procesan igual la noticia si la presentadora es muy sexy
No es un secreto que la televisión utiliza el gancho de presentadoras cada vez más atractivas para llamar la atención de audiencias masculinas. Pero tanto bombón parece tener un cierto efecto de empacho mediático, ya que según un estudio de la Universidad de Indiana los televidentes más embelesados son los que tienen más dificultades a la hora de recordar de qué se les está informando.
La investigación, dirigida por las profesoras Elizabeth Rabe y Lelia Samson, ha expuesto a casi 400 voluntarios a un corto espacio de noticias presentadas por una joven de 24 años. El mismo telediario, en dos versiones. En una, la anchorwoman aparece con una imagen corriente. Y en otra, con un look más atractivo, incluida ropa ajustada y algo de escote. De acuerdo a los previsibles resultados publicados en «Communication Research», la audiencia masculina presta más atención a la presentadora atractiva, pero esa atención no llega exactamente hasta la narración de noticias. Queda demostrado en las dificultades posteriores de los participantes a la hora de recordar y detallar los contenidos observados.
En contraste, las voluntarias femeninas han demostrado ser bastante inmunes a esas diferencias en apariencia, ya que han podido recordar por igual las noticias leídas por la presentadora en sus dos encarnaciones. Para las autoras del estudio, los resultados demostrarían que las audiencias masculinas tienen una inclinación a procesar con mayor facilidad información visual, en lugar de verbal. Otro inquietante ángulo de este estudio es que los hombres se fijan en las presentadoras más guapas pero no les otorgan mucha credibilidad, sobre en cuestiones como conflictos bélicos o pulsos políticos.
En opinión de la profesora Rabe, los datos sirven como munición a la polémica sobre discriminación por género y edad en el periodismo audiovisual, sobre todo ante los crecientes casos de presentadoras despedidas al pasar de los 40. A su juicio, «si un canal solo está interesado en conseguir audiencia, las presentadoras jóvenes y atractivas funcionan; si su objetivo es informar, es contraproducente».
Extraído de ABC (Pedro Rodríguez)
No es un secreto que la televisión utiliza el gancho de presentadoras cada vez más atractivas para llamar la atención de audiencias masculinas. Pero tanto bombón parece tener un cierto efecto de empacho mediático, ya que según un estudio de la Universidad de Indiana los televidentes más embelesados son los que tienen más dificultades a la hora de recordar de qué se les está informando.
La investigación, dirigida por las profesoras Elizabeth Rabe y Lelia Samson, ha expuesto a casi 400 voluntarios a un corto espacio de noticias presentadas por una joven de 24 años. El mismo telediario, en dos versiones. En una, la anchorwoman aparece con una imagen corriente. Y en otra, con un look más atractivo, incluida ropa ajustada y algo de escote. De acuerdo a los previsibles resultados publicados en «Communication Research», la audiencia masculina presta más atención a la presentadora atractiva, pero esa atención no llega exactamente hasta la narración de noticias. Queda demostrado en las dificultades posteriores de los participantes a la hora de recordar y detallar los contenidos observados.
En contraste, las voluntarias femeninas han demostrado ser bastante inmunes a esas diferencias en apariencia, ya que han podido recordar por igual las noticias leídas por la presentadora en sus dos encarnaciones. Para las autoras del estudio, los resultados demostrarían que las audiencias masculinas tienen una inclinación a procesar con mayor facilidad información visual, en lugar de verbal. Otro inquietante ángulo de este estudio es que los hombres se fijan en las presentadoras más guapas pero no les otorgan mucha credibilidad, sobre en cuestiones como conflictos bélicos o pulsos políticos.
En opinión de la profesora Rabe, los datos sirven como munición a la polémica sobre discriminación por género y edad en el periodismo audiovisual, sobre todo ante los crecientes casos de presentadoras despedidas al pasar de los 40. A su juicio, «si un canal solo está interesado en conseguir audiencia, las presentadoras jóvenes y atractivas funcionan; si su objetivo es informar, es contraproducente».
Extraído de ABC (Pedro Rodríguez)
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